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Entonces Manoa oró al Señor: «Oh Señor, te ruego que permitas que vuelva el hombre de Dios que nos enviaste, para que nos enseñe cómo criar al niño que va a nacer».

Dios escuchó a Manoa, y el ángel de Dios volvió a aparecerse a la mujer mientras esta se hallaba en el campo; pero Manoa su esposo no estaba con ella. 10 La mujer corrió de inmediato a avisar a su esposo: «¡Está aquí el hombre que se me apareció el otro día!»

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